Banquete del Alma

 

Hace unos días quedé con unos amigos. De esos que ves poco, pero bien. Que cuando te encuentras con ellos, reconectas al instante y empiezan las risas, los juegos de palabras y las alusiones a tiempos y personas pasados.

Paseamos por Lavapiés, sin encontrar una terraza para nosotros (bendito buen tiempo), subimos, bajamos, y finalmente nos sentamos en un banco, de los de toda la vida. Un banco de comer pipas Tijuana, vaya. Y ahí hablamos de nosotros, de cada uno, del resto y de todo. Después nos levantamos, decididos a picar algo, y de camino hacia el bar hablamos de mi blog. De este blog. Ellos me decían que era “muy mi blog”, y yo me sentía “muy yo” escuchándoles decir esto y estando con ellos, como siempre. También comentaron que era un blog muy honesto, y que hablo de temas que no necesariamente surgen en una conversación con alguien, sino que yo misma labro en mi cabeza extrayendo ideas de unas vivencias y otras. Por último, que no le hablaba a una persona en concreto, sino a cualquiera que me quisiera leer.

En toda esta conversación, yo tuve en la cabeza pedirles temas de post que pudiese dilucidar a mi manera después, pero no lo hice -sólo estuvimos tres de los cuatro, y aún así es complicado iniciar, mantener y cerrar un tema, siempre tenemos cosas que comentar y chascarrillos que mencionar. Vaya, que entre unas cosas y otras, se me pasó.

En fin.

Entramos en el restaurante, pedimos cerveza, agua y agua con gas, y de cena, sepia, patatas “bravaoli” y algo más que se me escapa. Estos platos se convirtieron en un verdadero banquete. Bien para la barriga, que los disfrutó con creces, pero aún más para el alma. Un verdadero Banquete del Alma.  

Hablamos de la utilidad de lo inútil, de cómo no hacer nada, de la rebeldía de salir a pasear y de que nuestra próxima cita consistiría en sentarnos en un banco y cenar ahí mismo cualquier sándwich que compraremos en cualquier lado. También de política, de profes chulos, trabajos de mierda y parejas.

Una fantasía, señores.

Fue al llegar a casa que entendí por qué no les había pedido temas para mis post: ellos son el tema.

Chicos, vosotros sois el tema. Y este post sí es para alguien: es para vosotros.

Gracias, amigos y amigas de mi vida, por ser mi sustento.

 

Love,

Nere




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